Capítulo 152
Con la vista borrosa, vi a Mateo soltar el humo del cigarro mientras me miraba en silencio, con esa mirada tan amenazante.Temiendo que se desesperara, ni pensé en descansar. Agarré la quinta copa.

Pero, justo cuando iba a tomarla, una mano grande me agarró la muñeca.

Era Michael, con una mirada que no podía entender:

—Aurorita, ya no más. No necesitamos esta inversión.

Intenté soltarme:

—Déjame. Te dije que lo haría, y lo voy a cumplir. Faltan cuatro, no voy a dejarlo a medias. Sería como si las otras no hubieran servido de nada.

En eso, Javier miró a Mateo y dijo:

—Yo voy a tomar por ella.

Mateo se le quedó viendo con una sonrisa llena de fastidio y respondió:

—¿Te dio lástima? Entonces, ¿para qué la trajiste? Si aceptaste el trato, no te eches para atrás, sé hombre y llega hasta las últimas consecuencias.

Javier lo miró, enojado. Iba a decir algo más, pero yo lo tomé del brazo y le sonreí:

—No pasa nada, señor Martínez. Es solo un poco de alcohol, no es la primera vez que tomo. Ya ve
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