Javier dijo:
—Aurora, ¿estás contenta ahora?
—¿Contenta? —me burlé—. Ella mató a mi madre, arruinó la vida de mi hermano y de mi padre; prácticamente destruyó a toda mi familia. Así que dime, ¿crees que ya debería darme por satisfecha?
Era ridículo. Lo que le había hecho a Camila ni siquiera se acercaba a lo que ella merecía.
—Pero al final, Carlos la amaba —Javier señaló a Carlos y me gritó—: Con esto no solo la destruiste a ella, también destruiste a Carlos, destruiste a tu propio hermano. Míralo, ¡mira en qué se convirtió! ¿Para ti la venganza es de verdad tan importante? ¿Por qué no resolviste esto en privado? ¿Por qué tenías que humillarla así delante de todos? ¿Cómo pretendes que Carlos pueda levantar cabeza después de esto? Lo estás llevando a la ruina.
—No vengas a darme lecciones de moral —me reí, molesta—. ¿Desde cuándo este gran doctor se volvió tan “bueno”, al punto de preocuparse por mi hermano? Todo esto es solo porque quien recibió mi venganza fue tu hermana, y ahora usa