—Amor, yo adoro a tu padre.
—Y yo a tu madre. —En ese instante me desmoroné al escuchar a César—. Tu madre me pegó hijo por haber tomado mucho, sabes que ella odia eso. Esa fue mi falla, además ya nos pedimos perdón. —César se sentó en la cama y Julián se les lanzó a los brazos—. Te juro hijo, que nunca más lo vuelvo a hacer.
—¿Palabra de Abdala?
Esa era la frase de mi suegro, la cual su hijo rompió. No me gustaba mentir, pero ¿cómo contradigo a César sin dañarle el corazón a mi hijo? No puedo.
» Nana Carmen dijo que ustedes se van a una luna de miel, en el internet investigué y eso es para esposos recién casados.
—Y enamorados. —dijo su padre—. Tus abuelos están en su undécima luna de miel.
—¿Uno puede tener muchas lunas de mieles?
—Siempre y cuando sea con tu esposa todas las que quieras.
Me limpié las lágrimas, quiero enseñarle a mi hijo que el matrimonio se debe respetar hasta lo último, dejar en evidencia de hacer lo máximo mara salvarlo, de lo contrario para qué te casaste si an