Capítulo 116: Un beso y un acuerdo.
—Porque era la única forma de conseguir que me vendiera un poquito de sus tierras, es que cuando seamos grandes, no vamos a caber en esta hacienda.
—Lamento mucho que mi nieta haya engañado a su hijo, de todos modos, agradecemos su muestra de generosidad y aceptamos los víveres, para repartirlos entre los trabajadores —expresó Joaquin.
Esteban frunció los labios, fulminó con la mirada a Marypaz.
—Tan grande y se cree los cuentos de mi prima —susurró Dafne en voz baja, pensó que el niño no la escuchó, pero no fue así.
—¡Nunca se van a quedar con mis tierras! —vociferó, observó a Dafne con la mirada llena de seriedad.
—¡Esteban! —recriminó su padre.
—Ella empezó. —Acusó a Dafne.
—Solo dije que lo pienso —contestó la niña.
—Señor Villamizar, disculpe a los niños, en especial a mi hija —explicó Luciana—, ella tiene un coeficiente intelectual elevado, dice las cosas sin filtro.
—No se preocupe, además yo le expliqué a mi hijo que eso de la pobreza no era verdad, pero insistió, vi