Máximo
estaba esperando los resultados de la radiografía de Alai. Tenía los nervios a flor de piel. No podía imaginar la idea de que ella quedara sin movimiento en una de sus piernas, y lo peor de todo, cómo le iba a decir que tal vez no volvería a moverla.
-Hey, tranquilo Maximo, te va a dar algo - me dice Federico tratando de calmarme. A pesar de todo, el hombre ha estado ahí, aunque a veces lo quiero matar.
-¿Cómo puedo calmarme si puede que Alai no vuelva a tener movimiento en una de sus piernas?- le digo casi gritando hasta que sale el médico.
-¿Cómo salieron los exámenes, doctor?
-La señorita tiene una inflamación cerca de la columna que hace que aplaste algunos nervios, y eso causa que no sienta la pierna.
-¿Volverá a caminar? - ¡Dios, que diga que sí!"
-Sí, hay que esperar a que baje la inflamación y comenzar con terapias, pero eso lo puede hacer ella en su país, ya que las terapias son varias.
-¿En cuánto tiempo recuperará el movimiento?
-Eso depende de la intensidad con que h