ALAI
Desperté con un fuerte dolor de cabeza. Estaba muy fría y pálida, pero decidí levantarme para ir a trabajar. Sé que en la oficina hay mucho trabajo y no me puedo dar el lujo de faltar. Entro al baño, me ducho y decido colocarme unos pantalones con una blusa y tacones.
Cuando bajo, veo a Máximo desayunando.
- Hola, Máx. - Le doy un beso, pero al separarme veo su cara de confusión.
- ¿Para dónde vas?
- Al trabajo, ya no soporto estar encerrada. Quiero ir a trabajar. - Veo cómo lo piensa hasta que al final asiente.
- Está bien, a ti no te puedo negar nada. - Le sonrío y me siento a desayunar con él.
Cuando llegamos a la oficina, entramos cogidos de la mano y siento cómo todos nos miran.
- Máx, todos nos miran. - Le digo en un susurro.
- ¿Y? Mejor que la gente sepa que eres mi novia - Yo ruedo los ojos.
Entramos a su despacho y nos ponemos a trabajar. Al parecer, sí había mucho trabajo. A la hora del almuerzo, me reúno con Tam en la cafetería.
- ¡Tam! ¡Tiempo sin verte! - La abrazo co