P.O.V Adrien
Después de una conversación con mi hermana, me siento dividido entre la sorpresa y el desconcierto por su sinceridad a los 19 años. Su honestidad me hace recordar un momento en el que estuve tan cerca de Eileen.
Mi mente revive esos recuerdos con claridad: su calor, la suavidad de su piel, esos ojos verdes y su cabello mojado. Pero lo que más destaca en mi memoria es su figura, visible a través de la ropa empapada.
—Señor Adrien ya llegamos a la empresa de los Rossi —me comunica el chofer sacándome de mis pensamientos.
—Gracias —le agradezco. Me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta para salir.
Pongo mis pies en el cemento de la calle. Me acomodo mi saco y comienzo a caminar hacia la entrada de la empresa.
Me voy caminando directo a donde está el elevador. Pero durante mi trayecto veo como las mujeres me miran muy atentamente. Yo sonrío y veo a una que a otra dándole una pequeña sonrisa y mi mirada de conquista.
Me detengo frente al elevador, presi