Sofía se quedó sin palabras.
En su momento, sí había intentado hacer quedar bien a Rivera, conversando intencionadamente sobre Mateo con algunas mujeres de la alta sociedad en una cena.
Pero nadie le dijo que Mateo fuera a guardar tanto rencor.
Y además, ¿cómo es que esas palabras llegaron a oídos de Mateo?
Sofía respiró hondo y dijo:
—Señor Ruiz, el valor de Costa Dorada solo es de quinientos millones. Rivera falsificó los documentos para intentar engañarlo y hacer que pierda dinero.
Mateo soltó a Sofía y se sentó en el sofá para servirse un poco de té, sin levantar la mirada, y simplemente dijo:
—Sigue.
—El precio de salida de Costa Dorada será de trescientos millones. Rivera hará que suban el precio a cuarenta mil millones. Al final, señor Ruiz... perderá más de treinta mil millones. De este modo, la familia Ruiz quedará gravemente afectada, y Rivera podrá vengarse por el proyecto de construcción que usted le arrebató.
Mateo probó un sorbo de té y dijo:
—¿Cuánto te pagó Rivera?
—¿Qu