—¿De verdad tiene algo con el señor Casanova? ¡Ándale, cuéntanos todo!

Dos chicas halaban a Lola del brazo, ansiosas por enterarse del chisme más jugoso del círculo social universitario.

Lola se sintió incómoda.

Aunque era pariente de Luisa Jiménez, su relación con los Valdés era prácticamente inexistente.

Y para colmo, Sofía jamás había mostrado la más mínima intención de reconocerla como prima.

Al ver que Lola no soltaba prenda, una de las chicas frunció los labios y soltó:

—¿No estarás inventando todo esto?

—¡Exacto! Si de verdad fueras prima de Sofía Valdés, ¿cómo es posible que no sepas nada? ¿No dijiste que entraste a esta universidad gracias al mismísimo Alejandro?

Las dudas comenzaron a flotar en el aire, y las miradas se volvieron inquisitivas.

—¡Lo que digo es verdad! —balbuceó Lola—. ¡Todo es cierto!

—Ay, no lo creo —rió con desdén otra de las chicas—. Entonces dinos, ¿qué relación hay realmente entre Sofía y el señor Casanova? ¿Es cierto que le puso el cuerno a Alejandro?

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