(Desde el punto de vista de Victoria)
- Deberías estar en cama, puede darte una recaída - Le digo mientras su cabeza se hunde en mi cuello.
Siento sus labios en mi marca y sus manos recorrer mi cuerpo.
- No puedo estar allá si tu no estas conmigo. Si deseas que regrese a la cama, deberás acompañarme. - Su voz ronca me hace erizar y su miembr* erecto presiona contra mi ombligo.
Siento sus manos bajar por mis caderas y levantarme para quedar a su altura.
Mis piernas permanecen cerradas, mi cuerpo siente deseo, pero mi corazón no responde.
No quiero hacer esto ahora, no cuando Daimon se debate entre la vida y la muerte.
No con todo lo que ha pasado hoy.
Al no encontrar respuesta, sus labios se pegan suavemente a los mios. Seguramente él siente mi duda.
- ¿Quieres que vallamos a descansar? ¿O prefieres que bajemos a ver si la abuela se cómodo o si necesita ayuda con algo? Supongo que el médico de su manada no debe tardar tanto en llegar, siento el olor de varios Deltas extraños en casa