Ava despertó con los primeros rayos del sol acariciando su rostro. Sentía sus ojos hinchados y su cabeza le dolía un poco. Los recuerdos del día anterior llenaron su mente y sintió una opresión en el pecho.
Extrañamente, pese a la tristeza, también se sentía protegida.
Al tratar de moverse, fue consciente de los brazos que la tenía envuelta en un abrazo firme. Hasta donde recordaba ella se había ido sola a la cama.
Giró su cabeza todo lo que su posición le permitió para ver quien estaba a su lado, aunque se hacía una idea, podría reconocer a Alessandro aun con los ojos vendados. Y lo confirmó al verlo. Él tenía los ojos cerrados y respiraba acompasadamente.
Durante un instante solo lo observó sin hacer ningún ruido. Él se veía tan sereno e inofensivo cuando estaba dormido.
Trató de ignorar la sensación de tranquilidad que le producía estar en sus brazos y se concentró en la furia que aun sentía hacia él por lo de la noche anterior.
Todavía no podía creer que él no hubiera