ALICE
Despacio, Alice se acerca a su apetecible lobo y se tumba encima de su cuerpo parar devora su boca como si fuera la última vez que fuera a probarlo. Blake, por su parte, cierra los ojos y suelta un placentero gemido mientras le devuelve el beso con paciencia y atención.
—¿Te gusta hacerlo al aire libre, Amara? —le pregunta el lobo sonriendo al separarse y con una de esas sonrisas que le derretían el corazón.
—Quizás me excita un poco… —admite Alice quien empieza a moverse restregando su necesitado cuerpo contra el de su compañero de vida.
Nada calmaba ni reconfortaba más a los licántropos que el estar piel contra piel.
El lobo jadea otra vez. Sentía perfectamente como el delicioso pene de Blake empezaba a hincharse de nuevo por sus caricias. Era sencillamente fantástico.
—Te sientes tan bien, Amara… —murmura el lobo con otra brillante sonrisa y con sus manos en sus caderas empezando también a moverse contra ella de forma suave.