—¿Qué piensas?
—No, Josi, ¿qué piensas tú?
—Mmm... —Hice una pausa para considerar la mejor opción. Mis ojos recorrieron la sala de arriba, su aura oscura haciendo que los miembros del hospital abandonaran la plataforma de observación. No había estado ahí un momento antes, pero ahora sí, y su rostro era tormentoso.
—Creo... —Intenté concentrarme de nuevo en la habitación, pero era difícil sabiendo que papá estaba a punto de reprenderme.
—Josi, mírame. Olvida que es el Alfa y tu padre... ahora solo somos tú y yo... tenemos el control. ¿Qué quieres hacer? —La voz del doctor Alberto calmó ese creciente sentimiento de culpa por decepcionar a papá.
Tenía razón, necesitaba ver las cosas en perspectiva. Este paciente era lo importante en este momento, papá lo entendería... tendría que hacerlo.
—Quiero esperar. Revisaré al paciente y decidiré si colocarle vendas en otro momento —respondí con seguridad.
—Muy bien. Que lo preparen para regresar a nuestra sala. —ordenó él al personal del quirófa