—Y según usted, ¿cómo son los hombres como yo? —preguntó él sin dejar de verla a los ojos y sonriendo burlón.
—No necesito decírselo. Usted lo sabe perfectamente bien. Prepotentes, machistas, mujeriegos, misóginos… Piensan que todas las mujeres debemos caer rendidas a sus pies a una mirada de ustedes, y que, con solo pedirlo, tenemos la obligación de entregarles todo. Aunque luego se burlen de nuestros sueños e ilusiones… aunque desde un principio oculten sus intenciones…
Arrogantes que, en su estúpida vanidad, imaginan que nos hacen un gran favor al fijarse en nosotras, por eso nos ven inferiores, y se burlan impunemente cuando llegamos a enamorarnos sinceramente y se los decimos. No buscan en nosotras sino satisfacer sus más bajos instintos, sin importarles nuestros sentimientos, nuestros sueños, nuestras ilusiones…
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