Capítulo XXXII

Tuvo que hacer un esfuerzo supremo para no levantarse y correr a refugiarse entre sus brazos.

Simplemente se puso de pie y volteó a verlo. Se veía más varonil y atractivo que nunca.

—¿A qué se debe tu regreso…? ¿Olvidaste algo aquí…? —preguntó tratando de ser indi­ferente—No creí que tuvieras ganas de volver.

—Perdóname, Amanda, he sido un perfecto imbécil, ahora lo comprendo. Me alejé porque creí que lo que se decía de ti era cierto tenía mis dudas para amarte. Néstor sabiéndolo me puso una trampa para demos­trarme que si eras homosexual como se decía, por lo que no tenía ninguna esperanza contigo, ya que tú tenías tus preferencias bien definidas.

Tu prima lo ayudó para enredarme y lo que escuché aquella noche, me convenció, mucho fue lo que me

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo