Daniel.
Escucho un grito fuerte, abro los ojos y caigo de la cama por el movimiento brusco que hago.
Abro los ojos tratando de lograr saber de donde proviene. Ada está frente a la televisión, brincando completamente feliz.
—Daniel, Daniel. —Salta sobre mí y me abraza con fuerza— No lo puedo creer. —Dice, —Ya podemos salir de aquí.
La agarro de los hombros y la alejo un poco para escuchar mucho mejor lo que me está diciendo.
—¿De qué hablas? —Lame su labio inferior y sonríe.
—Acaban de dar la mejor de las noticias... ¡Daniel ya podemos salir de aquí! Bueno, —agrega. —tomando las medidas de seguridad necesaria. Han comenzado a limpiar todo desde las calles hasta las plazas, se tomará la temperatura con un aparato para saber si tenemos o no el virus. —Respira con dificultad tratando de calmar toda la emoción. —Pero ya seremos capaces de volver a caminar fuera de estas cuatro paredes.
Nada más escuchar eso la empujó y corro al baño, debo tomar una buena ducha y prepararme para lo que se a