CAPÍTULO 34

Ada:

Trato en lo posible de no tirar del carro solo porque ya hice el pago desde la casa, porque de no ser así, me habría arrojado sin importarme nada. ¿Cómo se atreve este mocoso a decir que pediría otro Uber para mí, porque no cabía? Si vine en uno me voy en uno. Nada de otro carro cuando no estoy tan gordo como lo quiere hacer parecer.

—¿Por aquí? —Indaga, mira por el retrovisor asustado. Lo fulmino con la mía.

—Sí, por aquí, ¿Es que acaso eres nuevo o que? —El chico baja la cabeza, y cuando habla siento que el mundo se me viene abajo.

—Disculpe señorita... Es que, mi papá era quien por lo general hacía estas rutas, pero falleció a meses de iniciar la pandemia. —Aush, me encojo tanto el asiento trasero que desearía desaparecer por completo. No mido bien mis palabras y creo que mi cerebro aún no procesa todo lo que ha sucedido durante todo el tiempo que pasé encerrada junto a Daniel.

Respiro lo mejor que puedo con el tapabocas y con el dedo le indicó la casa en la que debe detenerse
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