EDGARD
Vi que bajaba la cabeza y me contaba a versión de la historia que yo había escuchado ya de los labios de la señorita Brandon, pero pude ver por el agua que el pulso le temblaba y que el sonrojo se desvanecía solo por momentos, miré su pulso y me quedé admirando la longitud de su cuello, la piel que lo cubría era muy bonita y le concedía cierto aire de reina, no sé porque pensé eso pero cuando ella me miró y se dio cuenta de donde estaba mi mirada, bajó su cabeza para que mis ojos la miraran a ella, a su cara.
— Es suficiente… — dijo lentamente.
Dejé de mirarla súbitamente consciente de que no le agradaba que lo hiciera más bien le transmití algo que venía pensando desde hacia tiempo.
—Me parece bien que quiera dar la cara… — la consideraba valiente, era cierto.
—Soy solo una cobarde que tiene que comprar compañía — dijo ella como si se sintiera mal consigo misma.
—Aun así creo que ha pasado muy poco tiempo desde su ruptura algo que debió ser difícil para usted
Ella tragó y dij