Puso la alianza dorada con una piedra extravagante que Emmanuell había escogido para él, no podía faltar. Tomó la mano de Roselyn y los cuatro se volvieron para ver nuestro ritual. Suspiré y tomé el anillo mientras sentía las miradas de todos sobre mí.
—Ed… Edgard… — tomé el anillo y sentí que la mano seguía temblándome, como pudo lo deslicé en la punta de su dedo mientras leía lo que había en el cuaderno— Recibe este anillo como prueba de mi amor y fidelidad desde hoy y para el resto de la vida que nos aguarda. — Hable rápidamente, seguramente el debía estar siendo participe del gran nerviosismo que sentía, pero todo se estaba desarrollando, contrario a mis pronósticos estaba uniendo mi vida a la de Edgard. Escuché que alguien corría un banco tras nosotros en