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NATHALIE

Estaba tan embelesada cantándolo a mi bebé la misma canción que puedo recordar cantar a mi madre, mientras me peinaba cuando era pequeña, que no me había dado cuenta de que en la puerta había un mirón, me enojé mucho y la cerré de golpe, haciéndolo en sus narices, no sé con qué derecho se atreve a entrar sin avisar ES TU ESPOSO maldita consciencia no me estás ayudando, de alguna manera extraña, es como si necesitara un baño nuevamente, me trato de dar aire con las manos sobre la cara que está ardiendo, debo parecer un tomate, necesito mis anteojos, los tomo de lavamanos donde lo había dejado, limpio el espejo y ahora si puedo verme y tenía razón mis mejillas sonrojadas aparecen ante mí, sin mis lentes no veo nada hasta creo que fue lo mejor.

Una vez fuera del baño, veo que no está, es la primera vez que vamos a compartir la cama, tal vez podría negarme o hacer alguna pataleta, pero según lo que dijo el médico quiere que evite el estrés así que no me queda de otra que soportar
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