PDV: Viena
—Menuda casualidad, estuviste con la bazofia de Sam y terminaste casada con su primo, esto es digno para verse plasmado en una novela, ¿no lo crees?
—Lo que me parece curioso es que esta situación te cause gracia, estoy al borde de todo y tú solo lo tomas a risa.
—No me rió, solo me parece curioso, es todo.
—Me rindo, no sé qué hare. Si vendo el departamento y me mudo a otro lugar no viviré mucho tiempo con ello, no siendo una madre inexperta. De seguro todos mis ahorros e incluso mi figura se esfumaran.
—Deja de pensar en eso, el embarazo solo será nueve meses, luego volverás a ser como antes.
—Y que con eso, de esa manera no podre ser escort, ¿Es que acaso piensas que lo llevare conmigo a donde vaya?
—Lo que creo es que deberías ir a la agencia y hablar con Silvia, quizás no te despida.
—No puedo estar segura de eso, tú más que nadie sabe las reglas de este trabajo.
—Pues sí, pero si les explicas la situación… bueno mejor no, si lo haces quedaras como tonta.
—Tus