Después de tres días en el hospital, permanecí bajo observación y con tratamiento intravenoso.
Hugo iba a la empresa durante el día y venía a acompañarme por las noches. Me contaba emocionado que ya había preparado el itinerario, enumerando todas las actividades y comidas que disfrutaríamos en la Colina Clara.
El día de mi alta, Hugo iba a recogerme, pero el director de Viviendas MX lo llamó de emergencia, lo cual me alegró enormemente. Aproveché para pedirle a Diana que viniera a buscarme.
Diana llegó directamente del trabajo, luciendo impecable. Llevaba un maquillaje perfecto y un peinado que, aunque parecía casual, estaba cuidadosamente arreglado. Su collar y pendientes de perlas australianas combinaban a la perfección con su pequeño vestido negro estilo Audrey Hepburn, exudando elegancia y sofisticación. Llevaba una chaqueta blanca sobre el brazo y un bolso Birkin de Hermès en la mano, proyectando la imagen de una verdadera ejecutiva de alto nivel.
La Maestra Castro, con ese aire d