Capítulo 52
Y efectivamente, cuando mencioné al gerente de inversiones, los ojos de Hugo mostraron una chispa de sorpresa, y me preguntó de inmediato.

—¿Tu inversión no vence en un tiempo? ¿Por qué fuiste a ver al gerente?

Internamente me regocijé; el desgraciado estaba preocupado.

Respondí con normalidad.

—Para renovarla.

Hugo frunció el ceño.

—¿Renovarla?

Asentí mientras caminaba hacia la sala de estar, encendí el tocadiscos, saqué un disco de vinilo de Amy Winehouse y lo puse a sonar.

—Hace unos días vi un anuncio que decía que el rendimiento anual había subido un punto, pero que terminaba a fin de mes. Mi inversión vence en menos de un mes y temía que, si me iba de vacaciones a Australia para visitar a mi tía Lucía, no tendría tiempo para renovarla, así que decidí hacerlo ahora.

—¿Vas a Australia a ver a tu tía Lucía? —Hugo parecía inquieto—. No me habías mencionado nada.

Solté dos bombas y Hugo no estaba preparado para ninguna, su rostro se oscureció notablemente.

—Porque no lo había decidido
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