Inspire onda y abrí la puerta, casi ni quise imaginar lo que me esperaría pero realmente me llamo la atención, un aula como cualquier colegio secundario, eran aproximadamente 41 alumnos, mesas de a 2, el único asiento vacío estaba en la segunda fila al centro, el profesor que estaba sentado en su mesa levanto la vista al igual que el resto y se paró para aproximarse a mí, con una mano extendida hacia mí, como atrayéndome hacia él, me saludo
- Buenos Días Lucia, adelante, estábamos esperándola, soy el maestro Adolf-
- Buenos días- dije yo mirándolo a los ojos, y sentía la mirada del resto del curso en mi
- Por favor acomódese en el pupitre que está vacío al centro - y ahí fui, pa