XXVI. Caminante no hay camino, camino se hace al andar (Antonio Machado)

Ante tanto misterio, Agustín dedujo que su madre de alguna manera lo hizo para que nadie más que no fuera él, tuviera esos papeles, lo que le intrigó más fue por qué su madre escogió precisamente esos números, después de su meditación, no tenía ni idea donde podía encontrar la caja fuerte, continuaba su búsqueda, con una razón aparente que lo motivaba, en parte lo regocijaba, porque era su madre que aún con el pasar del tiempo y los años la tenía muy presente, fue inútil su búsqueda. Ya muy entrada la noche y cansado se acostó en su cama, con los brazos cruzados debajo de su cabeza, en su meditación se quedó viendo fijamente un cuadro que adornaba aquella estancia, que lo tenía de frente a su cama, por un instante recordó que Paquita le había dicho que su madre amaba los caballos, y aquel cuadro era un hermoso

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo