Llegué a mi departamento, bastante más temprano de lo que tenía previsto al inicio del día. Al final pude conseguir un trabajo de cocinera, aunque me la voy a vivir metida en esa casa, pero igual la paga es muy buena, cuando junte suficiente dinero, volveré a entrar a la universidad y estudiaré gastronomía.

Tomé una ducha, me cambié por algo más cómodo y me fui a recostar al sofá de la sala.

En eso recordé que gracias a Noah ahora tengo trabajo, así que decidí ir a su departamento para agradecerle nuevamente.

-Isabel, ¿Ya tan rápido estas de vuelta?- Preguntó adormilado.

-Noah, ¿Qué hora crees que es?- Dije divertida y a punto de soltar una carcajada.

-¿Las 12pm?-

Cuando dijo eso me empecé a reír y el me miró confundido –Noah, son las 4 de la tarde- Dije, y el abrió los ojos como platos.

-Me quedé dormido mucho tiempo- Contesta.

-¿Nooooo? ¿En serio?- Le respondo sarcástica.

-Ha, ha, que graciosa, tenía que mandar unos documentos a mi trabajo- Dice rascando su nuca.

-Oh, entonces te voy a dejar para que los mandes, te busco más tarde- Le digo al mismo tiempo que me doy media vuelta para regresar a mi departamento.

-Isabel, espera- Me detengo y volteo a verlo- ¿Qué me ibas a decir? ¿Cómo te fue en la entrevista?- Me pregunta con una sonrisa.

-Justamente te venía a decir que ya tengo trabajo- Le respondo emocionada y dando pequeños brinquitos, parezco niña chiquita, no puede ser - Y te quería decir que si querías que fuéramos a tomar el café que habías mencionado-

-Claro que sí, mandare eso que te dije y en menos de una hora paso a buscarte-

Dicho esto Noah regresó a su departamento y yo al mío, me puse unos jeans, una blusa negra muy básica y unos tenis negros. No me maquillé, la verdad prefería estar al natural. Me puse a perder el tiempo un rato en lo que Noah pasaba a buscarme.

Como a la media hora, escucho que tocan la puerta, tomo mi bolso y salgo, fuimos a una cafetería que estaba cerca del edificio, dentro de esta se sentía un ambiente muy cálido.

Pasamos un momento muy agradable, Noah me contó que en casi tres meses se graduaba de la universidad y que estaba trabajando en un negocio local en el área de marketing o algo así. Me sentí muy feliz cuando Noah me invitó a su graduación, él era realmente lindo y amable conmigo, era como el hermano que nunca tuve.

Volví a mi casa, me puse algo cómodo y me acosté a dormir. En lo que restó de semana no hice nada interesante, más que acomodar mis cosas que habían llegado ya por paquetería, fuera de eso, me dedique a descansar, ya que a partir del lunes no creo que tuviera muchos días relajados como estos.

Y finalmente, llegó el lunes, mi alarma sonó demasiado temprano, me bañé, y me vestí con el uniforme que me había dado la agria la vez de la entrevista. Tomé mi bolso y me dirigí a la mansión. No demoré mucho en llegar, cuando estaba frente al gran portón, toque el timbre y una voz masculina se hizo sonar.

-Residencia Trujillo- Era Hank.

-Hola Hank, buenos días, soy Isabel- Dije con voz somnolienta. Enserio necesitaba dormir más, soy capaz de quedarme dormida en la cocina, estaba muy acostumbrada a dormir por lo mínimo 8hrs.

-Buenos días pequeña, ya abro el portón- Enseguida se abrió la gran puerta y pasé hasta la entrada principal, donde ya se encontraba Hank -¿Qué tal amaneciste?- Pregunta amable.

-Algo cansada, pero todo bien-

-Ven pasa, te presentare al resto del personal-

Caminamos al interno de la mansión y estaban dos mujeres en la sala, una de ellas aparentaba tener poco más de 50 años, se le veía de aspecto dulce y amigable. Y a su lado se encontraba una mujer de poco más de 30 años, a ella por el contrario se le veía con el entrecejo fruncido y con cara de pocos amigos, se parece a la agria.

-Isabel, ella es Olivia- Dijo señalando a la mujer más grande.

-Mucho gusto, Isabel Dawson- Me presento amablemente.

-El gusto es mío linda, estoy para lo que necesites, puedes contar conmigo- Responde dándome un efusivo apretón de manos.

-Muchas gracias, es muy amable-

-Y ella es Hannah- Dijo señalando a la chica a su lado.

-Mucho gusto-

-Buenos días- Respondió amargamente y con los brazos cruzados, dejándome con la mano tendida. Hannah me miro de arriba abajo justo como lo hizo la señora Trujillo. ~Se han de llevar muy bien~ Dije para mis adentros.

-Ellas se encargan de la limpieza de la casa, a excepción de la cocina, sus habitaciones están a lado de la tuya, en caso de que decidas quedarte aquí- Comenta Hank mientras caminamos hacia dónde están las habitaciones de las empleadas, estas se encuentran a lado del área de lavado en la parte trasera de la casa. Son la verdad bastante pequeñas y de un aspecto algo descuidado.

La verdad no pienso quedarme a dormir aquí en esas habitaciones, para eso tengo la comodidad de mi departamento, pero creo que sería buena idea traer una mochila con algo de ropa extra y dejarla ahí, en caso de que algo pudiera pasar, ya que también cuenta con un baño pequeño.

Salimos de aquella área y nos dirigimos hacia la puerta trasera de la mansión, fuera de esta se encontraba un garaje abierto donde había tres autos, y un jardín muy lindo, se acercó a nosotros un señor de unos 40 años.

-Isabel, él es Owen, se encarga de la seguridad y de cuidar los autos de los señores-

-Mucho gusto pequeña- Dice Owen con una sonrisa.

-El gusto es mío- Contesto de igual manera. Posterior a decir eso se acerca a nosotros un chico muy atractivo como de mi edad.

-¡Hola!, Isabel, ¿Cierto?- Pregunta el muchacho.

-Sí, mucho gusto, ¿Tu eres?...- Cuestiono dudosa.

-Oliver, el jardinero, encantado de conocerte linda- Dijo con una sonrisa de lado y guiñándome un ojo, okey, ¿Soy yo, o este chico está intentando ligar conmigo?

-Igualmente- Respondo incomoda- Bueno, si me disculpan tengo que ir a preparar el desayuno, me retiro, y es un gusto conocerlos- Dicho esto me retire del lugar y fui a la cocina, y empecé a preparar el desayuno.

Este lugar me gustaba mucho, las personas de aquí eran muy amables y atentas conmigo, tal vez y este era el comienzo que estaba buscando.