Y en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba terminando de empacar la última caja de la mudanza, y ¿Cómo mi vida llegó a este punto?, se preguntaran, pues aquí les cuento un poco de mi historia.
Hace aproximadamente unos 3 años le diagnosticaron una enfermedad terminal a mi madre, Katherine Dawson, y lamentablemente hace 1 mes, falleció. Sentí que una parte de mí se fue con ella, ha sido de los dolores más grandes que he vivido en mi vida. Desde que mamá enfermó, yo deje de estudiar y empecé a trabajar para poder pagar sus tratamientos, en aquel momento estaba a punto de empezar mi carrera, siempre había soñado con estudiar gastronomía.
Después de 1 mes de la partida de mi madre, decidí mudarme a Los Ángeles, no podía seguir viviendo en el departamento donde ella pasó sus últimos días de vida, y pues si tenía que empezar de cero, que mejor que hacerlo en otra ciudad, buscando nuevas oportunidades.
Y como les dije, estoy terminando de empacar las pocas cosas que tengo para llevarlas conmigo, literalmente usé la mitad de los ahorros de mi vida para mandar mis cosas por paquetería, rentar un departamento pequeño allá en Los Ángeles y comprar un boleto de avión, el cual partía por la mañana, pero antes me iría a despedir de Bethany, mi mejor amiga.
Llegué a su casa, toqué su puerta y después de unos segundos, ella salió.
-¡¡Isabel!! ¿Cómo estás?- Dijo abrazándome- Adelante pasa-
Me adentré en su casa y ambas nos sentamos en el sillón.
-Beth-Digo en un suspiro- Tengo que hablar contigo-
-Por favor no me digas que vienes a lo que creo que vienes- Me dijo con una cara triste.
-Lamento decirte que si- Contesté- Perdóname, pero en verdad necesito un nuevo comienzo y tú más que nadie lo sabe- Comenté con la mirada baja.
-No tienes que pedirme perdón, te comprendo, pero sabes que aquí conmigo tienes un hogar, una familia, eres como una segunda hija para mi madre, te pudieras quedar aquí el tiempo que necesites-
-Te agradezco mucho Beth, y sabes que adoro a tu familia y que son lo único que tengo ahora, pero quiero intentar hacer algo por mí misma, ser independiente- Digo con un nudo en la garganta.
-No te haré cambiar de opinión ¿Verdad?- Me pregunta con lágrimas en los ojos.
-Temo decirte que no, pero no te preocupes, vendré a verte en cuanto pueda conseguir dinero, es una promesa-
Al decir eso, Bethany se puso de pie y yo imito su acción.
-Isabel, no tienes idea de cómo te voy a extrañar- Dijo en un sollozo.
-Yo también Beth, pero nos volveremos a ver, enserio, solo será un tiempo, puedes ir a Los Ángeles a visitarme cuando quieras- Le digo ya con lágrimas saliendo.
-Claro que lo haré tonta, ven a despedirte de mamá-
Pasé la tarde en casa de Bethany y su madre, estuvimos charlando, riendo, recordando anécdotas y buenos momentos. En verdad las extrañaré, ellas son mi única familia, pero tengo que salir adelante y aprender a valerme por mi misma.
Llegué a mi departamento a revisar si no me faltaba algo por empacar, lo único que quedaba fuera, era la ropa que me pondría para ir al aeropuerto. Siendo ya más de las diez de la noche decido ir a dormir.
Ya por la mañana, me desperté a las 6am, mi vuelo saldría a las 9am, comencé con mi rutina diaria, fui al baño e hice mis necesidades, me duché y me cambié con algo muy cómodo. Decidí que desayunaría algo en el aeropuerto, salí de mi casa, y le di un último vistazo, regresaron a mi mente todos los buenos recuerdos con mi madre, todos nuestros buenos y malos momentos, y una lágrima rebelde resbaló por mi mejilla. La quite con el dorso de mi mano y me fui directo al aeropuerto.
Llegué una hora y media antes de que empezáramos a abordar y fui a buscar algo para desayunar. Me compré un sándwich y un licuado, cuando terminé de comer, espere a que fuera hora de abordar. Cuando finalmente subí al avión me senté junto a la ventana y observé el paisaje a través de ella, era de las cosas más bonitas que había visto.
Me quedé pensando, realmente lo único que esperaba era poder tener un buen comienzo en esta nueva ciudad, poder conseguir un buen empleo y conocer nuevas personas, esperaba de todo corazón que lo que viniera fuera algo bueno.