- No sé de qué estáis hablando. No pasa nada. Heitor y yo acabamos de descansar. Ya no somos tan jóvenes como vosotros y nuestros cuerpos necesitan bajar un poco el ritmo de vez en cuando. Pero no te preocupes, ya estamos organizados para pasar el cumpleaños de Theo contigo. Y espero que ya esté en su piso, Sra. Maria Lua.
- VALE, YO... Estaré. Buenas noches, mamá. Y mándale un beso a papá. E... Si puede llamarme mañana...
- Se lo haré saber a Heitor.
- Buenas noches, mamá. Que duermas bien. Te quiero, mamá.
- Os quiero a los dos.
Terminó la llamada. Miré a Theo:
- Algo no está bien.
- Sí, es muy extraño. Pero al mismo tiempo, somos adultos. Y mamá no nos ocultaría algo grave para ahorrárnoslo. Ni siquiera lo hacía cuando éramos niños.
- Es verdad. Si nues