- No hay necesidad de asustarse. Es dócil. - Dimitry acarició la cabeza del perro.
- ¿Pero qué coño...? ¿Me has traído un perro gigante de regalo? ¿Es una broma?
- No... No te gustan los dulces... Odias las flores. Así que... Pensé en algo original. Como tu padre mató a tu gato, pensé que un perro grande no se arriesgaría a meterse en el punto ciego de su espejo retrovisor... O incluso debajo del Maserati.
- Mi padre no mató al gato. Fue un accidente.
- Este chico grande de aquí ha recorrido un largo camino.
- ¿Qué tan lejos?
- Hice que te lo trajeran de Francia.
- Oh, joder... ¿Qué tan lejos? - Me acerqué, analizando al perro, que tenía las patas en la ventanilla del coche. - ¿Por qué tan grande, Dimi?
- He leído que es el mejor perro que se puede tener... Es co