Cuando la madre de Sophia ingresó, se encontró únicamente con su hija luciendo algo desaliñada.
— ¿Para que me estabas buscando mamá? — Preguntó Sophia.
— Quería hablar contigo a solas. — Comentó Margaret yendo a sentarse a uno de los sofas individuales.
— ¡Mamá espera! — Exclamó Sophia deteniendo a su madre del brazo.
— ¿Que ocurre?
— ¿Por qué mejor no vamos al jardín? Es un día precioso, deberíamos aprovechar la tarde.
Margaret notó a su hija al nerviosa y se acercó a ella viéndo unas marcas que no había notado antes en el cuello de Sophia.
— ¡Oh por Dios Sophia! ¡¿Traías esas marcas en tu cuello esta mañana?!
Sophia se sonrojo avergonzada.
"¡No puede ser! ¡Olvidé que Vincent estuvo jugando conmigo!"
Pensó ella nerviosa.
— Esto… Bueno… Si, ya las traía ¿No te diste cuenta? Debe ser por qué ate un poco mi cabello