Nolan respiró profundamente, su corazón acelerado.
Él se quitó la corbata y la tiró sobre el escritorio. Mientras trataba de contener sus emociones, Maisie le dijo: "Sé que me equivoqué. Sé que no debí ocultarte nada. ¿Sigues sin querer hablar conmigo?".
Su voz se quebró mientras un hilo de lágrimas caía y resbalaba por sus mejillas.
Nolan se detuvo frente a ella y ella no podía leer su expresión.
“Quiero que confíes en mí, no que me ignores”.
“No quise ignorarte…”. Maisie lo miró a regañadientes.
"¿En serio?", le preguntó. Él apoyó las manos sobre el escritorio y se inclinó más hacia ella. "Decides las cosas por tu cuenta sin discutirlas conmigo. ¿Acaso me consideras tu esposo?".
Maisie estiró los brazos y lo rodeó con ellos. Nolan no la apartó y permitió que lo abrazara.
Con la voz llena de remordimiento, ella dijo: “Lo siento. No quiero depender de ti para resolver. Sí, me hice cargo del club, pero lo entregaré en cuanto encuentre un candidato adecuado...".
Antes de que ell