Ante la asombrada mirada de todos, Patricia avanzó con una expresión siniestra en su rostro.
Al verla, Cristina y Laura de inmediato sintieron una profunda sensación de inferioridad.
La mujer ante ellas era en verdad tan hermosa que ellas dos parecían simples campesinas a su lado.
De repente, ambas perplejas abrieron los ojos ampliamente.
¿Habían oído bien? ¿Juan era el novio de esa mujer?
Mientras Cristina estaba atónita, Patricia se acercó en ese momento con el rostro frío y le dio una fuerte bofetada en la cara: —¿No escuchaste lo que dije?
El sonido de la bofetada resonó muy fuerte y claro.
El golpe hizo que Cristina al instante retrocediera varios pasos, casi cayendo temblorosa al suelo.
Cristina, sorprendida y sin poder creer lo que había pasado en ese momento, se tocó la mejilla: —¿Cómo te atreves a golpearme?
Patricia no le prestó atención alguna y se volteó hacia Juan, diciéndole con una voz muy suave: —Juan, con este tipo de gente despreciable, basta con simple golpearlos. No