Setenta y Cinco
Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la iluminada habitación, miro el reloj que está sobre la mesita de noche comprobando si ya amaneció. Cuando me percato de la hora me levanto de un salto de la cama mientras golpeo el brazo de Aidan que duerme plácidamente.

¡Rayos y centellas! Es tardísimo.

—Aidan —le llamo.

—Umm —balbucea manteniendo los ojos cerrados.

—Es tarde, despierta —le apresuro puesto que de lo contrario perderemos el vuelo.

Se remueve aún adormilado haciendo que las sabanas dejen al descubierto su pecho desnudo, provocando que los recuerdos de anoche vengan a mi cabeza cayéndome como una balde de agua fría. Instintivamente mis mejillas se colorean de rojo carmesí, es inevitable no sentirme cohibida en este instante después de lo que sucedió ayer.

—¿Qué hora es? —pregunta con voz ronca.

—Nueve en punto, si nos damos prisa podremos llegar a tiempo —apremio colocándome la ropa.

Entro al baño a cepillar mis dientes mientras Aidan ingresa a la ducha, espero que sea un baño
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo