23

Abril, 14

No había vuelto a dirigirle la palabra, después de lo sucedido con Violet, me fuí a mi habitación y ni idea de lo que hizo él después. Hoy en la mañana desayunamos los tres juntos, pero en la mesa la única que habló fué Mía, quién ni si quiera se dió cuenta del ambiente pesado que había entre su padre y yo.

Casi no lo ví después de eso, y la verdad era que no quería hacerlo, sentía una enorme ira hacia él.

Suelto un suspiro y salgo de la casa, son quizás las nueve o diez de la noche, hace un par de horas que él y nuestra hija se fueron a dormir. Yo también intenté descansar pero estuve alrededor de dos horas moviendome de un lado a otro sin poder concebir el sueño, es por ello que decidí salir por aire fresco y ahora estoy llegando a la piscina.

Me acerco a una de las tumbona y tomo una toalla perfectamente doblada sobre ella, extiendo la toalla en el piso, muy cerca de la orilla de la piscina y ahí me siento, con las piernas cruzadas y la vista fija en el agua quieta.

Los s
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