Capitulo 12 "El perdón no se otorga..."
 — Nos vemos, quizá, otro día —Me despido de Astor. El suspira— Nunca pensé que cuando tuviera una novia, aunque sea de mentira, se iba a despedir de esta fea manera mientras mantenemos la conversación de otro hombre. Me rio divertida del puchero— Nos vemos, bebé —le doy un beso en el cachete. El divertido, niega con la cabeza— Voy a pensar seriamente esto. Cuando gira a verme, le doy un suave y casto beso en la boca, puedo sentir como sonríe. Sin dejarle decir algo más, como si hubiera sido una niña traviesa tomando un dulce a escondidas, salgo de su camioneta y cierro la puerta justo cuando iba a decir algo. Camino hasta mi casa, me despido con mi mano. En ese momento, Astor enciende su motor. Entro a mi casa y dejo mis cosas en la sala. Y sin más, subo hasta mi habitación. Me quito los tenis, busco mis sandalias para la casa. Cuando las encuentro, me siento en mi escritorio para ver si tengo alguna tarea mañana. Estoy deseando que no, porque ya quiero dormir. Al ver en mi laptop que no tengo, me alegro mucho. No sé si darme un baño relajante o no. Que siento que tengo mas sueño que ganas de meterme a la Tina. Que dilema —pienso. Cuando decido que solo me acostaré. Abro la puerta del Closet, donde en vez de tener ropa para salir colgada, tengo lencería. Pijamas, babysdolls, conjuntos, medias y poco más. Quiero algo de algodón, suave. Así que me decido por una pijama de cuadros, muy linda. Es una falda, con una blusa con transparencias ajustada. Justo cuando ya iba a acostarme, el timbre de la casa suena. — ¿Quién es a esta jodida hora? —me pregunto molesta. Bajo lo mas rápido que puedo, ya que siguen tocando el timbre desesperados. — ¡Voy! —Grito desde las escaleras— ¡Maldición, no pueden esperar un poco! —Grito al ver que siguen tocando en repetidas ocasiones. Una vez en la puerta, me fijo quién es. —¿Qué? —Digo cuando abro la puerta. — ¿Que me recibas así es una invitación? —me pregunta juguetón. — No, Hunter —Respondo de mal humor— ¿Qué quieres? — Quiero pedirte perdón —me dice algo cabizbajo — ¿Es en serio? Después de meses vienes a pedir perdón —Indignada le respondo. —Elisa, nena, te estaba dando tiempo. Me dijiste que eso necesitabas —me responde Hunter tomando su pelo, un poco desesperado. — Si y ya no quiero nada contigo. Te di todo de mi, tú fuiste el que me traicionó —Respondo alzando un poco la voz— Te follas a cualquiera. ¡DIOS! Pareces un jodido conejo. El suspira. Aunque me rompe verlo así, no quiero tener nada con él. Me ha traicionado. "Y si es amor, lo que siente por mí. Su forma de amar, me da asco" — Tengo necesidades, pero sabes que tú eres la única. Sé que lo jodí y Dios sabe todo lo que me arrepiento —Hunter me mira, me observa detenidamente. — Hunter estoy muy cansada, en serio. Hablemos de esto, si es que queda algo que hablar después —Suspiro cansada Hunter me mira. Sus ojos verdes me escanean, sé que sabe lo que siento. Sabe que me sigue doliendo y sabe que aún así lo sigo queriendo. Pero también sabe, lo terca que soy. No volveré con el jamás. — ¿Nunca vas a volver a mi, verdad? —me mira tiernamente. — No, tú me alejaste. Todo esto es por tus actos, todo esto es tu culpa. — Voy a cambiar, te lo juro... (...) — Bebé —escucho que alguien dice, pero lo escucho muy lejos. » Bebé —Repiten. Gimo enojada y me muevo en la cama. » Despierta, Elisa —vuelven a decir. Enojada, abro mis ojos. Y como también abrieron la ventana que hay, la luz que entra es muy fuerte. Mientras mis ojos se adaptan a luz, veo a alguien parado casi en frente de mi. — ¡Papá! —Grito,y salto de la cama para darle un abrazo. — ¡Papá! —Vuelvo a decir. El se ríe, me abraza. Hace unos años a papá le decía papi, pero desde que descubrí el oscuro significado de papi, ya no le digo así. Yo soy muy apegada a mi papá, ya que el siempre me ayuda a escapar de las exigencias de mi madre. — Tu mamá me mandó a despertarte, para que bajes a desayunar —me avisa— te espero abajo. El sale de la habitación y entonces recuerdo... Mi mamá no le bastó con obligarme a aprender letra por letra jugar vóleibol, si no que también me inscribió al Gimnasio. Me quito la ropa, me lavo la cara, me hago un chongo. Me coloco unos leggins con un top deportivo. Mis tenis nike negros, y mi mochila de deportes. Desde que mi mamá se fue con mi papá, yo dejé de ir al gimnasio. Es algo cansado y sofocante. — ¡Elisa! —Grita mi mamá desde abajo. — ¡Ya voy! —Respondo. Bajo lo mas rápido y seguro que puedo las escaleras. Y me encuentro a mis padres sentados en el comedor. En la mesa se encuentra pura "comida" fitness. El hambre se me ha ido. — ¡Hola, papás! —saludo fingiendo felicidad por la comida. — Mi Elisa —me dice mamá— Tan bella como siempre, irás al gimnasio? — Claro que si mamá, como todos los días —Respondo sonriente. Mentir es mi don. — ¿Comerás primero? —pregunta mi papá — No, tengo cosas que hacer hoy, debo darme prisa, papá. — No me dejes disfrutar esto solo —Dice sarcástico mi papá — ¿Qué dices, papá? —pregunto divertida— Mi mamá cocina delicioso —Ay papá —abrazo a mi mamá por la espalda— Me alegro de tenerlos en casa. — ¿Ya te vas? —pregunta mamá— ¿Vendrá Hunter por ti? — No, mamá. Aún no, nos hemos arreglado —respondo — Están tardando, tortolitos. Le dedico una fugaz sonrisa a mi mamá y salgo de casa. No le he contado a mi mamá que la ruptura de la relación que tenía con Hunter es definitiva por una razón. Ella sabrá que alguno de los dos hizo algo malo y al ser Hunter quien cometió el pecado, ella va a pensar que debo ponerme más linda. El objetivo de mi mamá, de ser una chica de buen cuerpo es para que ningún hombre haga lo que Hunter hizo. Que el hombre que me ame me elija por sobre todo. Sé que ella lo hace para protegerme, pero, es muy agobiante.