Capitulo 13 "La conocida desconocida..."
 Elisa No tengo ni idea a qué gimnasio tengo que ir. Supongo que como vengo caminando, iré al primero que me encuentre en este camino. Que el destino me diga a dónde ir. Camino por unos 15 minutos. Hasta que encuentro un gimnasio. Se llama Destiny, supongo que es una broma del destino. Muy gracioso —pienso. Al entrar, suena una campanita, haciendo que el recepcionista preste su atención en mi. — Buen día, señorita —me saluda un joven, de unos 20 años. — Buen día, vengo de visita —sonrío— ¿Qué costo tiene? — Señorita, tenemos promociones si es estudiante o viene en pareja. Se lo podemos ofrecer una próxima vez, si es visita tiene un costo de $100. —me dice amablemente. — Si me gusta, vendré seguido —le respondo pasando el billete. — Téngalo por seguro, tenemos a los coach más atractivos de la ciudad —me guiña el ojo. — Jaja me parece bien, me gusta observar —le digo riéndome. — Te puedo pedir un coach, o entrenas sola? —me pregunta. — Ya tengo rutina —miento. Y es que solo haré un poco de cardio, para perder tiempo y hacerle creer a mi madre que si hice ejercicio provechoso hoy. El chico asiente, y me sonríe— Disfruta tu estancia. En el segundo piso puedes trabajar de caderas hacía abajo, y en el tercer piso pues lo que falta. — Muy bien —respondo— Gracias Camino por donde me indica, tengo que encontrar una bicicleta. Así que me dirijo al segundo piso. Subo al segundo piso, donde hay unas personas entrenado con coach. Son tres chicas, que al parecer vienen juntas. Están con un joven, bien trabajado. El les está sonriendo, y ellas están como bobas, con una sonrisa de oreja a oreja. Encuentro el área de bicicletas, y tiene una vista a las calles. Y parte de un parque privado. Me subo a la primera bicicleta. Y tomo mis audífonos. Pongo una canción aleatoria,empiezo mi feliz rutina. "Sin hablar tú y yo nos entendemos Ambos sabemos lo que sigue Y aprovecha que nos conocemos Colaboremos pa que se dé" (...) Llevo aproximadamente una hora aquí. Mis piernas duelen, y más por todo el esfuerzo que hice ayer. ¿Será buena idea pasarme a la caminadora? Me quedo viendo a la caminadora que está a mi lado, y después de pensarlo unos minutos, me bajó de la bicicleta para pasarme a la caminadora. La caminadora tiene unos cuantos botones, muy básicos, pongo la velocidad alta, ya que quiero correr un poco. Empiezo caminando, y poco a poco la velocidad va subiendo. Hasta que empiezo a trotar a velocidad regular. Mi corazón y mis piernas se sienten agotadas. Una canción triste empieza a sonar, y a mi mente llega Hunter. Ese idiota me rompió el corazón, así que cada que una canción triste suena, pienso en él. Mikkel — ¿Qué hay, Khaled? —saludo al chico que ahora nos ayuda a la recepción. — Llegas tarde, Mike —Me responde— Hay varias chicas esperando. — ¿Nuevas? —pregunto fastidiado— Joder, todos los días deben llegar nuevas? — Nos estamos haciendo famosos en la ciudad, Mike —Me dice— no te quejes, que así aumenta tu paga. Además aceptemos que algunas chicas son lindas. — Que vengan rogando les quita lo poco interesantes que pueden llegar a ser —Respondo. Es verdad. La mayoría de las chicas vienen aquí interesadas por los chicos que estamos trabajando aquí. Que para ser contratados, teníamos que pasar por un test de chico malo. Tonterías. Pero la paga es demasiado buena y ya vi por qué. La verdad ésta estrategia de marketing si es muy buena. Si funciona. — Llegó una chica, castaña —me indica— No pagó membresía, vino de visita. Convéncela de que pague la membresía, Mike —me dice Khaled divertido. — Perfecto, demasiado fácil —digo. Es muy temprano, así que buscar una chica que se encuentra sola, debe ser fácil. La mayoría de las chicas llegan aquí en grupos. Así que rara vez se presenta alguien sola. Me dan el 15% de cada membresía que consiga, así que me empeño en convencer a mi presa. Subo hasta el segundo piso, y encuentro a Erik. Es mi compañero de fútbol, también encontró muy tentador este trabajo, además que de nos pagan super bien, y conocemos a veces lindas chicas. —¿Qué hay? —saludo a Erik. — Lo mismo de todos los días, mujeres pagando el mes, sabiendo que solo vendrán a los mucho tres días —ríe — Que desperdicio de dinero —niego— Pero no me quejo — Suerte que tienes, vas tras la chica que viene sola? —me pregunta — Si —me rasco la cabeza ligeramente— tengo que convencerla de contratar la membresía — Si fuera una chica fácil sería fácil para ti —responde divertido— pero hasta te pondrá nervioso cuando veas quién es — ¿La conoces? —pregunto— ¿La conozco? Erik asiente divertido. —Si, ve a ver quién es Me despido de Erik, camino a donde me dijo. El área de las caminadoras. Me toma poco tiempo llegar. Y entonces veo a una chica, pelo castaño. Lo tiene en una coleta alta y cae con mechones ondulados por su espalda. Su cuerpo, joder, como no voy a reconocer ese cuerpo. Si desde que me besó la estoy soñando desnuda, conociendo cada lugar. Y joder, ni siquiera puedo imaginarla, aunque haya puesto todo mi empeño en ello. Me acerco lentamente, para no hacer ruido, pero ni al caso. Elisa trae unos audífonos, y se encuentra muy concentrada en la vista que ofrece los ventanales. Le toco el hombro, para llamar su atención. Y ella se gira de inmediato a verme, y joder, me sonríe. Pero que sonrisa. — Hola, comienzo a creer que de verdad somos novios —me dice divertida — Te puse GPS para seguirte —bromeo Elisa baja de la caminadora. Y queda frente a mi. —¿Qué haces aquí, papi? —me dice dulcemente. Maldita sea, porque tuvo que utilizar esa palabra. Puta madre. Ahora mi cerebro va a pensar cosas que no. La observo, está sudada. Sus mejillas rojas, y joder, me está poniendo verla así. Ella comienza a reír de repente. —¿Te comió la lengua el ratón, capitán?