¿Cómo se te pudo haber ocurrido algo así?- pregunta Carlos sin poder mantener el dolor fuera de su voz - nunca te he dado un motivo para dudar de mi, todo lo contrario.
He estado a cada paso del camino construyendo tu nuevo imperio ¿y todo para qué?- aunque en esta ocasión ha logrado recomponerse, el resentimiento se cuela en la última frase.
Javier no se ha perdido el filo de su voz y la culpa se refleja en su expresión.
Cierra los ojos como si estuviera sintiendo un dolor físico ante las acusaciones de su amigo.
- sabes que confío en ti- lo dice como un hecho pero suena a pregunta
-¿De verdad?- la incredulidad se derama en su tono - pues no se notó allá abajo-
Me siento perdida pues no tengo idea de lo que están hablando. Así que doy un paso atrás y veo como se desarrolla todo esto.
Todo el remordimiento que Javier sentía hace segundos sale por la ventana -¿Cómo querías que actuará cuando trajiste a esa mujer a mi casa?-
-¡¿DE QUE MIERDA ESTÁS HABLANDO?!-
- ¡¡DE SUSANA!!
De esa mi