— ¡Tal como dije, eres un puto genio! – expresa Bastián a su Guardia de confianza —. Pero ¿cómo sabías quienes eran? Y sobre todo ¿cómo lograste que la policía te apoyara? – César se encoge de hombros.— Aun trabajo de incógnito para la policía de Grecia, mi trabajo consiste en que nadie me vea o sepa que hago y eso te incluye. Trabajo bajo un pseudónimo y solo saben mi nombre los más allegados como lo son este grupo de élite que en cualquier parte me van a apoyar y darían sus propias vidas por mí – Bastián alza las cejas con asombro y admiración.— Es porque tú harías lo mismo por ellos ¿cierto? – asiente sonriendo orgulloso.— Así es… por mis amigos – admite ante la mirada aduladora de su amigo.Quince minutos más tarde salen los uniformados con tres personas esposadas, una de ellas se trata de una mujer de treinta y tantos que viste un uniforme de doméstica. Bastián intenta salir del auto al no ver a Amelia salir de la casa, César lo detiene ya que su identidad no puede ser pub
— Es veneno de serpiente – la frente de Bastián se arruga en un gesto de confusión.— ¿Qué, de que hablas? – indaga acercándose un poco a la cama donde se encuentra Amelia.— De lo que le administraron imagino que en el jugo de naranjas dada la cantidad de vitamina c que arrojaron los resultados – explica cómodamente Arístides.A Bastián no le termina de convencer ya que conoce muy bien a su mujer y ella no aceptaría una bebida de nadie ya que odia ser atendida.— No fue en el jugo de naranjas porque no le gusta – cierra los ojos — tampoco debió ser una sola dosis porque Amelia toma vitamina C efervescente para alejar la gripa ya que es propensa a que se le inflamen las vías respiratorias – explica Bastián a su hermano.— Conozco a alguien que prepara un veneno así y no te gustará lo que vas a escuchar – ambos hombres giran hacia César que se encuentra recostado al marco de la puerta con una carpeta en la mano.— ¿De quién se trata? – pregunta en un tono peligrosamente bajo —
Bastián baja del vehículo para trasladarse hacia el laboratorio del Dr. Lucian Maleck con cara de pocos amigos, la chica de recepción se levanta con una sonrisa y ni siquiera la nota de hecho ignora sus gritos de alto al atravesar las puertas hacia un espacio restringido encontrando al buen doctor sumido en sus quehaceres. — Necesito pedirte que dejes de hacer lo que sea en lo que trabajas para que me atiendas – le saca el seguro a la pistola. El hombre salta en el sitio asustado, desconcertado por la situación a la que se ve expuesto. Bastián no es un asesino sin embargo en este momento la desesperación lo agobia ya que necesita salvar a Amelia y a su hijo. — ¡Claro… por… por supuesto! – el hombre no solo tartamudea sino que tiembla como una hoja ante la amenaza —. Puede bajar el arma, no es necesaria – explica y Bastián obedece bajando la pistola. — Tengo dos peticiones – enseña un tubo de ensayo y el hombre lo recibe —, la primera es que necesito un antídoto que contrarres
Amelia llega a casa con la mejor noticia del mundo, le aprobaron la beca y debe irse a la isla de Creta donde le espera un futuro brillante ya que gracias a la experiencia que va a adquirir en una de las mejores empresas constructoras al lado del eminente Ingeniero Civil Bastián Christopoulos quien fuera uno de los mejores en el ramo podrá salir adelante con su madre y pagar todo lo concerniente a la hipoteca de la casa la cual es su único patrimonio.Llena de ilusiones y alegría le cuenta al único ser que la ha amado y protegido siempre, su único amor: su madre. En este momento solo piensa en retribuirle todo lo que hace por ella y solo lo obtendrá en el momento que sea una profesional, trabaje solo para forjar el futuro que necesitan las dos y le entregue a su madre de nuevo la propiedad que les pertenece y que fue de sus padres antes de ellas.— ¿Y es solo un año? – Amelia asiente a su madre quien entrega una copa de Merlot para celebrar su logro —. Porque me rehúso a esperar más d
Amelia Blackston baja del avión mirando hacia todos lados, la emoción que siente la abruma sin embargo trata de tomar control de la euforia ya que debe guardar la compostura ante el reto que tiene enfrente. Sus hermosos ojos café se abren como un par de platos ante la belleza que observa a su alrededor. El aeropuerto internacional de Heraklion en la isla de Creta le da la bienvenida en todo su esplendor, el rostro de la chica se ilumina por segunda vez al divisar el auto que se encuentra parqueado en la entrada con el logotipo de la empresa y el que supone la está esperando para llevarla al hotel.— ¿Srta. Blackstone? – mira hacia el lugar de donde viene la voz.— Sí buenas, soy yo – levanta la mano para saludar al hombre trajeado con gorra.Observa la puerta abierta y el hombre le indica ingresar al vehículo. Aborda. Se extasía con la belleza de la isla y fantasea con conocerla toda en un solo fin de semana aunque no sabe su horario aún.¡N
— ¡¿Qué?! – el hombre la mira con fastidio ante su grito de asombro — ¿por quién me toma? – grita — ¿por una de sus zorras?— Será mejor que vigile su tono para conmigo…— Pero… ¿qué? – levanta la voz de nuevo —. Me está confundiendo con una prostituta ¿Cómo coño quiere que le hable? – refuta enfadada por la falta de respeto.— ¿Cuánto?— ¿Cuánto qué? – se acerca a ella que se encuentra de pie con los puños cerrados.— ¿Cuánto quiere para que acepte? – se acerca demasiado a Amelia y ella responde golpeándolo con una bofetada.— Prefiero comer de la basura que aceptar tal proposición – da media vuelta y sale a toda porisa de la sala.Furiosa no se detiene, sus ojos pican y se siente mareada al no poder creer que su propio jefe ¡el anfitrión de sus sueños! La haya ofendido de ese modo. Ya cuando llega a la puerta de su habitación las lágrimas fluyen por sus mejillas, pero las limpia decidida a no dejarse amilanar por nadie y menos de ese hombre desagradable, mandón y grosero.A
Amalia despierta con nuevos ánimos y sonríe ante el amanecer de un día más ya que según dice su madre: hay que dar gracias cada vez que despierte y al acostarse también.— Buenos días Creta, hoy quiero conocerte y aprender de ti – dice en voz alta al estirarse en la cama como un gatito.Observa a su alrededor y su compañera de cuarto no se encuentra en la cama, escucha el agua de la ducha y supone que es ella sin embargo al estirar su cama ese percata de unos gemidos provenientes del baño y se acerca para descubrirla con el chico de servicio.— ¿Qué miras estúpida? - Amelia rueda los ojos ante la crudeza de la escena.— Creo que deberías tener un poco de decencia y no pavonearte de esa manera con… él – el chico la mira interrogante.— ¿Y por qué? – interroga insolente —. Está es mi habitación asignada…— ¡Nuestra!— Y a menos que desees un poco del postre que estoy degustando agradecería te largaras – espeta la rubia no solo ignorándola, sino incluso mostrando su desnudez —. Te
El lunes siguiente Bastián lee en primera plana su aparición en público y eso lo pone de un humor de perros, no desayuna y sale de su ático directo hacia la empresa donde lo esperan un montón de chicos desagradables para que les enseñe y califique en el oficio. Ama su profesión todo lo que concierne a ella, pero en aras de que su familia por lo menos lo considere decidió abrir el programa de becas donde coexisten estudiantes de varios países – los mejor calificados por supuesto – para trabajar en sus empresas de las cuales tiene sucursales en varios países.Sin embargo no puede negar que el proyecto es el reflejo de su propia vida; nacido en una familia humilde en la cual se hallaba un padre cruel y una madre consentidora de las marramucias del mismo.— Sr. Christopoulos la Srta. Sarantos lo solicita y dice que es urgente – cierra los ojos y toma una bocanada de aire.— Si dice que es importante pues dígale que pase adelante – responde sin levantar la vista.La chica en cuestión es