289. EL TABLERO ESTÁ LISTO
Y ahora, este joven delante de él, un hijo que le había sido ocultado y que podría haber sido una fuente de alegría en su vida, estaba derritiendo con esa simple palabra: "Padre," el hielo en que se había convertido su corazón.
—Eres mi padre biológico y tienes todo el derecho a que te llame así —explicó el joven Lord con una calma que contrastaba con la turbulencia interna de Javier—. No estamos intentando comprar su silencio; al contrario.
—¿Qué quieres decir? —Javier preguntó con una mezcla de desconfianza y una esperanza cautelosa, observando cómo el joven Lord le extendía la mano, que él tomó con nerviosismo—. ¿Qué es lo que pretenden, hi…, hijo?
El joven Lord sostuvo la mirada de Javier, sus ojos reflejando no solo un pedido de confianza sino también un eco del dolor compartido.
—Queremos limpiar nuestro nombre y hacer justicia por los crímenes cometidos —prosiguió el joven con determinación—. Pero para hacerlo, necesitamos que los verdaderos afectados, como ustedes, nos ap