Sofía, tocada por la historia y la intensidad del momento, se encontraba en un torbellino de emociones. La verdad sobre su origen y la lucha de su padre por protegerla le otorgaban una nueva perspectiva sobre su propia vida. La complejidad de los eventos que la habían llevado a este punto se desplegaban ante ella como un tapiz oscuro y retorcido.

—Pero aquí estás ahora —dijo finalmente Sofía, buscando en los ojos de su padre algún indicio de consuelo—. Aquí estamos los dos. Y aunque el pasado ha sido tumultuoso y doloroso, tenemos la oportunidad de enfrentar juntos lo que venga.

—Sí, nada me alegraría más hija mía.

Yavier miró a su hija, encontrando en ella la fuerza que había perdido hace tiempo. Aquel abrazo que habían compartido antes no era solo un gesto de consuelo; era un símbolo de su unión inquebrantable y la promesa silenciosa de un futuro que enfrentarían juntos como familia.

La confesión de Yavier revelaba un nivel de complejidad y dolor que Sofía apenas podía compre