Montenegro escuchó atentamente su plan. No contestó de inmediato, quería saber mucho más de ella y ver si se podía beneficiar. Sin embargo, al parecer ella estaba olvidando su pasado con la mafia y que era perseguida en Santa Mónica.

—Teresa, ¿a quién tienes al lado de Sofía? —preguntó interesado. —¿Puedes decirme a ver si logramos algo más?

—No puedo decirte, solo que si no hace lo que le dije, mataré a toda su familia. Lo hará, ya verás —contestó con convicción, mirando a Montenegro con recelo. — Pero necesito que me ayudes a ver cómo realizo mi plan.

—No olvides que tu dinero la mafia lo quiere para atrás —le recordó muy serio—. Pudieron ser ellos los que te hicieron eso. Tienes que andarte con sigilo, una sola palabra de ese alguien que amenazaste y te atraparán.

Montenegro pausó por un momento reflexionando antes de continuar. Veía muy claro que ella estaba desesperada y que no pensaba con claridad.

—Mi sugerencia es que busquemos a alguien que te ayude. Porque al parece