López agradece a Bee por su dedicación y cuelga el teléfono. Se siente aliviado al saber que puede confiar en ella para mantener la seguridad de la empresa mientras él se ocupa de otros asuntos importantes.
Observa lo feliz que se ve Sofía, quien lo espera pacientemente en la enorme piedra a la orilla del lago. Se sienta a su lado y le cuenta brevemente sobre la llamada con Bee, asegurándole que todo está bajo control en la empresa. Sofía sonríe y le toma la mano.
— Sé que harás lo necesario para resolver cualquier situación que surja. Ahora, ¿por qué no disfrutamos de este hermoso lugar y continuamos nuestro paseo en vez de hablar del trabajo? —preguntó con una sonrisa.
López asiente, agradecido por tener a Sofía a su lado. Juntos, comienzan de nuevo a caminar seguido a una distancia discreta de varios hombres, en lo que otros van delante. A lo lejos ven como se acerca un señor cojeando que parece un anciano, con cada paso se hace más evidente lo demacrado de su estado.
Tiene