Toda vida siempre fue un conflicto, el tacto y el no poder abrazar a sus padres. Porque siempre lo hacia veía cosas que nadie podía ver, solo hasta que un día después de dieciséis años descubre que no es la única adolescente que pasa por lo mismo y descubre su otra realidad en donde puede ser ella misma.
Ler maisUna calle a las sombras de la oscuridad de la noche… un hombre desconocido… el sonido de fuertes pisadas… empieza a correr como si huyera de algo o de alguien… encerrado en un callejón sin salida… el rostro horrorizado de aquel sujeto… y finalmente el sonido de un disparo…
Abrí mis ojos sintiendo como mi respiración estaba agitada mi pecho subía y bajaba haciéndome sentir ahogada.
Tome aire tratando de tranquilizarme, no era nada nuevo aquel sueño que no parecía tener sentido. Mire directo al escritorio en la otra punta de mi cuarto el pequeño rombo dentro de un cristal no paraba de girar.
Los rayos de sol apuntaban justo a los pies de la cama, me puse de pie y fui directo al baño. Mi reflejo mostraba el sudor que empapaba mi frente y las oscuras ojeras que adornaban debajo de mis ojos.
El mundo normal… nada cambiara y solo debes sobrevivir.
Era una pesadilla mas de las tantas y que había aprendido a convivir con ellas desde hacía años.
Las pesadillas que siempre tenía aparecían personas que nunca había visto en mi vida y que en mi imaginación tenían trágicos finales.
La extraña pesadez que sentía en ese momento iba a acompañarme lo que quedara del día.
¿Qué podía cambiar?
Sali de mi cuarto ya lista para ir al instituto, baje las escaleras como si cada una de mis piernas pesara mas de lo normal. Las voces de mis padres llegaron a mis oídos.
Entre a la cocina oliendo el rico aroma del pan tostado.
—¡Buenos días, cariño! ¿Dormiste bien? —preguntó mama acercándose a mi y mostrándome una gran sonrisa.
Como todos los días quería decirle en ese instante de mis pesadillas de cada día parecían ser peores.
Mire a mama a los ojos como era de costumbre.
<< Abrázame >>
Me sentía tan estúpida por pensar que podía ser normal por un momento.
Mostré una tímida sonrisa y bajé mi cabeza dirigiéndome a mi lugar.
—Hoy tengo que reunirme con el jefe de servicio y seguramente la próxima semana cambiaran los horarios —comentó papá con la taza de café en sus manos.
El levanto su cabeza y me miro sonriente.
—¿Quieres hablar de algo? —pregunto el de repente.
Negue con mi cabeza y papá miro a mamá, se puso de pie y se acercó a ella.
Otra vez murmuraban por lo bajo mientras papá abrazaba a mamá.
No decir nada me hacía sentir menos culpable y triste, mirar a mamá con sus brazos abiertos esperando depositar un beso en mi frente.
<<Firmeza y no dejes que tus emociones te dominen >>
Una frase que repetía en mi mente, otra vez volvía a mi fría y vacía, una vida vacía, no había esperanzas de que algo cambiara así que debía aprender a convivir con ello.
Debía mentalizar lo que quería para el futuro si es que en algún momento la idea feliz de seguir disfrutando de la vida aparecía.
El tazón con yogurt con bolitas de chocolates se encontraba en frente mío, la sonrisa apareció en mi rostro.
Mi desayuno favorito.
Busqué con mi mirada la cuchara hasta que vi que estaba sobre la mesa a metros de mi.
No todo lo malo tiene que estar allí como siempre la abuela decía “todo lo malo tiene siempre algo bueno por más minúsculo que sea”
<< No se darán cuenta >>
Les di una rápida mirada a mis padres que se encontraban de espaldas.
Y fije mi mirada sobre la cuchara de metal solo una orden en mi mente, la cuchara debía deslizarse hasta mi mano.
Sentí el hormigueo recorrer desde mi cuello, bajando por mi brazo hasta llegar a la palma de mi mano.
En segundos la cuchara estaba en mi poder sonreí disimuladamente.
—¡Vamos hija que no puedo llegar tarde el día de hoy! —dijo papá volteándose y haciéndome una seña.
Asentí rápidamente y dándole varias cucharadas al yogurt dejé el tazón con el contenido a la mitad.
—¡Adiós mamá! —salude tomando mi mochila para luego salir de la casa detrás de papá.
Me acerque al auto que estaba estacionado en el garaje y pase mi mano por el cuadrado que se ilumino al detectar la cercanía y la puerta se abrió.
El auto empezó a andar mire a papá que iba metido en sus pensamientos.
A lo lejos podía ver el instituto, la fila de autos que se detenían esperando a que sus hijos bajaran. El auto se detuvo y tome aire pensando en que ese lugar era el mismísimo infierno para mí.
Me despedí de papa y bajé del coche caminando lo más rápido posible, mi mente y la mirada sobre el camino siempre evitando mirar a mi alrededor.
Mi plan de pasar desapercibida era fácil y desde que había iniciado la preparatoria había funcionado.
Era un fantasma en medio de muchos idiotas, pero era la única manera para evitar intercambiar palabras.
Acomodé mi falda que era de un horroroso color bordo y aferrándome a mi mochila que colgaba sobre mis dos hombros continué mi paso.
Una presencia se hizo presente a mi lado mire rápidamente de reojo y relaje mis músculos al reconocer a la persona.
—¡Dacia! —saludo enérgico el chico de cabello corto y ondulado.
—Buen día para ti también —hable sin intención de darle más conversación.
Einar borro su sonrisa y continúo caminando a mi lado, no se quejó ni tampoco reprocho mi actitud.
El me conocía desde la infancia y era la única persona en el mundo que me conocía casi por completo, salvo por algunos secretos que nunca se lo había dicho a nadie.
Nuestra historia de como nos hicimos amigos fue bastante extraña.
Algo que debía rescatar de nuestra amistad es que jamás solíamos pelearnos excepto por una vez que me abrazo por accidente y no lo quise ver ni hablar por varios días.
Entramos al salón de matemáticas y nos sentamos en los últimos lugares.
—Mira tengo anotado todas las actividades que podemos hacer en las vacaciones —dijo Einar emocionado señalando su cuaderno.
—Ya te dije que no pienso salir de casa —dije sin mirarlo.
—¡Pero tienes que ver! —Einar extendió su cuaderno pero alguien más apareció— ¡oye ten mas cuidado!
—No me dirijas la palabra raro —dijo Kira mirando con desprecio a Einar.
Personas como ella había de sobras en ese colegio.
Me incline para tomar el cuaderno pero la muy insoportable exclamo.
—¡Ah! ¡La rara! —exclamo ella haciendo cara de espanto.
Aprete mis puños y la miré fijamente, no dije nada, pero la furia estaba allí presente.
Ella se alejó dirigiéndose a su lugar que estaba justo pegada a la pared.
—No la soporto pero ya solo unos días mas y no tendremos que ver su cara por dos largos meses —dijo Einar volviendo la mirada a su cuaderno.
Levante la mirada y justo sobre la cabeza de Kira colgaba una gran escuadra hecha de cartón.
Una sonrisa apareció en mi rostro nunca había intentado mover nada fuera de mi habitación y mucho menos a la vista de todos.
<< No lo hagas Dacia >>
La vocecita en mi cabeza me repetía una y otra vez que no lo hiciera. Aprete con fuerzas el lápiz en mi mano y empecé a respirar.
Los minutos pasaban más rápido que cualquier animal que corriera a gran velocidad.
Y para mi alivio la única hora que me importaba, y que por lo menos sentía menos presión era la de deportes.
Algo que podía decir que era buena y era nada menos que el “Hydrosurf”
Todos estábamos reunidos en el campus de entrenamiento el profesor vestido con una gorra y unos papeles en sus manos.
—Como todos sabrán para finalizar el año realizaremos un campeonato de Hydrosurf —dijo el señor de bigotes blancos— y eso les sumara puntos para el año que viene.
—¿Eso significa que aprobaremos la materia? —pregunto alguien.
—No Yerik… —dijo el profesor mirándolo con seriedad— ¡Alumnos! ¡Ya están abiertas las inscripciones! —y así el profesor anuncio la apertura del campeonato.
—¡Tienes que participar Dacie! —exclamo Einar a mi lado.
El sabia y me conocía bastante como para saber qué era lo suficientemente tímida era una locura anotarme en ese campeonato.
Antes de poder responderle a Einar alguien choco su hombro con el mío, levante mi cabeza mirando hacia el frente.
<< Brais Firewall >>
—¡Es obvio quien ganara este campeonato! —comento en voz alta y de manera soberbia.
—Este tipo es un idiota… —al igual que Einar fruncí el ceño.
El impulso por responderle y borrar esa tonta sonrisa hizo que por primera vez considerara hacer una excepción.
Un extraño presentimiento de que algo bueno ocurriría no me sucedía todos los días y esa señal fue suficiente.
—Yo también quiero anotarme —dije quitándole el anotador de las manos.
Brais era más alto que yo, por lo menos mi frente tocaba su barbilla, rubio, pero no del amarillo chillón sino un rubio que se asemejaba al marrón muy claro, sus ojos entre celeste y gris.
Con un cuerpo bien trabajado, pero con una soberbia que espantaba a cualquier chica con cerebro.
—¿Tu? —despectivamente me miro de arriba abajo— eres débil y lenta jamás llegaras a la meta.
—Tu nunca alcanzarías un alto promedio de no ser porque tu padre tiene dinero —respondí para estrellar el anotador en su pecho.
Einar paso por su lado chocando su hombro de la misma forma que Brais lo hizo conmigo.
¿Qué hiciste Dacia?
Lo que había hecho era una locura pero ya no había vuelta atrás.
¿Qué podría salir mal?
Mis tenis se hundieron sobre una blanda superficie abrí mis ojos y avance sintiendo como otra vez la arena se metía en la tela de los tenis.Levante la mirada y allí estaba ese cielo cubierto de nubes amenazando con querer llover.<< Otra vez en casa >>Observe todo a mi alrededor la playa desierta y por una extraña razón el mar estaba en movimiento. A lo lejos se percibía el ruido de la ciudad, los automóviles, las bocinas y las personas.Camine por la playa y llegue a la parada del bus.La ciudad estaba igual a cuando me fui nada había cambiado.Mi hogar estaba igual la misma casa, el jardín y las flores.Entre a mi hogar y mis padres no estaban allí, saque mi teléfono que no lo había utilizado por un tiempo y las notificaciones, mensajes y llamada, la mayoría eran de Einar empezaron a llegar.Me dirigí a mi
Me mire una vez mas al espejo controlando que las cicatrices no se hubiesen abierto de nuevo.—¡Ya deja de mirarte! ¡Estas loca si piensas que se abrirán! —exclamo Eider de pie en la puerta del baño.Tres rayas se extendía desde mi espalda hasta la parte trasera de mi muslo derecho.Tome aire y salimos de allí, nos dirigimos hacia la clase con el profesor Gaslor.Todos los de mi grupo ya estaban reunidos allí. Me pare al lado de Brais que miraba hacia delante con el ceño fruncido. Ninguno de los dos tenia vendas y para ser cuatros días de recuperación había sido bastante rápido.A pesar de los intentos de que las cicatrices no quedaran fueron en vano ya que seguían a la vista en nuestros cuerpo.—¿Entonces lo mas probable que el próximo año sea la competencia? —pregunto Tigor mirando al profesor.&mdash
Parpadee varias veces hasta que mis ojos se acostumbraban a la luz del sol que entraba por la ventanilla.Mire hacia arriba y era el mismo techo que había visto en varias oportunidades, gire mi cabeza pero en ese mismo sentí un hormigueo mezclado con dolor esparcirse por toda mi espalda.— Auch —me queje del dolor.— Al fin despertaste fantasmita… —el joven de la otra camilla giro su cabeza y se reincorporó para luego sonreírme.Le sonreí de la misma y lo observé su torso estaba desnudo con una venda que cubría su hombro hasta sus costilla pero de un lado.Era afirmativo que habíamos salido lastimados del ataque pero mi curiosidad mayor era saber que había sucedido con esas bestias.Intente sentarme al igual que el pero el dolor volvía a aparecer esparcirse por mi espalda hasta una de mis piernas.— Yo que tu no haría eso
Desesperadamente intenté levantarme y volver a correr, pero sentí una punzada y mi piel abriéndose, el dolor y ardor se esparcía desde mi espalda hacia una de mis piernas.— ¡AH! —exclame de dolor.El ruido de un animal deslazándose violentamente sobre las hojas y las ramas se escuchó mientras mi corazón no podía dejar de latir con rapidez.Apoyé el peso sobre mis manos no podía arrastrarme más solo sentí el frio chocar con la piel lastimada de mi espalda.—¡¿Qué es lo que quieren?! —dije tratando de contener las lágrimas.Solo sentía la molestia de mi pierna y como las hojas secas rosaban mi piel lastimada.La bestia de ojos rojos me miraba lleno de malicia como si estuviese a punto de atacarme de nuevo.¿Qué podía hacer? No tenia fuerzas y estaba herida.&mdas
El pasillo estaba tan oscuro como a la vez silencio cada paso que dábamos solo se escuchaba la suela de nuestros tenis.—Esta muy oscuro… necesitamos algo de fuego —dijo la profesora Armenia.En las manos de Brais apareció una llamita de fuego que alumbro parte de aquel camino. En el suelo pequeños charcos de agua se habían formado entre las piedras.Seguimos camino hasta que en frente nuestro cruzaba otro pasillo que estaba alumbrado por una tenue luz.Al acercarnos mas metido en la pared había una pequeña celda con gruesas rejas oxidadas.—¡Los alumnos! —exclamo el profesor Gaslor al ver a unos tres alumnos inconscientes.Miramos hacia nuestro lado y el pasillo continuaba una antorcha al lado de una puerta que estaba abierta.El pasillo oscuro… iluminado por esa antorcha… esa era la habitación…—¡All
En mi mente solo deambulaba ese mismo pensamiento esos animales que pude oír.Mire hacia adelante y todos iban a paso rápido ya que el sol amenazaba con ocultarse pronto.De repente una extraña sensación recorrió todo mi cuerpo el bosque ese extraño bosque que solo causaba más intriga.Estábamos próximos a llegar al punto donde había tenido mi visión.— ¡No puedo moverme! —grito Tigor de repente.Brais se acercó a él para ayudarlo, pero a centímetro de él se quedó inmóvil.Retrocedí al ver que ambos estaban inmóviles como si sus pies estuviesen pegados a las hojas secas.El profesor Gaslor y la profesora Armenia corrieron hacia ellos.— ¡Es una trampa! —exclamo Louis.Mire el piso y las hojas empezaban a moverse, parecían flotar de la misma manera
Último capítulo