-¿Qué no quiere verme?- Lyon gruñó con fuerza cuando le fue dado el aviso y el guardia se inclinó.
-Disculpe, pero el duque Davreles realmente tiene mucho trabajo- intentó aligerar la situación- Llegaron varias solicitudes y cuestiones del ducado por tantos días que estuvo alejado, junto con las del palacio. En todos estos días no han salido de su estudio, incluso duerme en el sofá dentro de este. Le pido que por favor no se moleste con él y tenga algo de paciencia.
Lyon frunció el ceño y se tragó las palabras.
-Díganle que esperaré aquí. Al menos tengo que darle lo que él sabe y necesita- y se dio media vuelta y se recostó contra el muro de la entrada de la residencia.
Era inaudito, ni siquiera podía ingresar a la gran edificación y es que él aun con su estatus de príncipe no podía moverse como le viniese en gana por los territorios de los demás nobles. Eso sería una falta total de descortesía. Pero si fuera por él… ya estaría caminando hacia el interior de aquel lugar a ver a cierta