El sol de la mañana entraba con fuerza por los ventanales de la Fundación, iluminando cada rincón con una luz dorada que invitaba a respirar hondo y dejar atrás cualquier sombra. Era el último día de la semana laboral antes del fin de semana largo y, por primera vez en mucho tiempo, todo parecía marchar con cierta ligereza. Los niños corrían de un lado a otro, los voluntarios preparaban las mesas en el patio exterior y, junto a ellos, un eco de risas y murmullos anunciaba el ambiente festivo que se avecinaba.

Cynthia llegó con Clara de la mano y Estrella caminando a su lado, esta vez sosteniendo un pequeño estuche lleno de acuarelas. En la recepción, la profesora Nora las esperaba con una sonrisa amplia.

—¡Buenos días, chicas! Hoy es día de puertas abiertas. Vienen varios padres a conocer la Fundación. ¿Listas para el gran mural colaborativo? —preguntó, señalando un tablero gigantesco apoyado contra la pared del salón principal.

—¡Listas! —contestó Clara, con entusiasmo, mientras Estr