Además del vídeo completo, había muchos vídeos editados que reforzaban la percepción pública de Jazmín como “hermosa arpía”.
También estaba siendo boicoteada por todas las industrias.
Su reputación estaba acabada y nadie más la iba a respetar.
Simón le sonrió.
Jazmín se relajó.
La miré fríamente, sabía lo que estaba pensando, pues Simón, aunque ya no trabajara en el sector financiero, con lo que tenía su familia ya le bastaba para vivir en la opulencia el resto de su vida.
Así que la última oportunidad de Jazmín para darle la vuelta a la tortilla era aprovecharse de Simón.
Jazmín recibió tímidamente a Simón en su casa.
Simón entró como si nada.
Pero cuando Jazmín se volvió para cerrar la puerta, la apuñaló por la espalda una y otra vez.
Yo me asusté tanto que grité: —¡Simón, estás cometiendo un delito!
Por desgracia, nadie podía oírme.
Los ojos de Jazmín se abrieron de par en par mientras apretaba las palabras entre los dientes: —Eres... un... ¡bastardo!
Simón se limitó a sonreírle con