Simón permaneció tres días en el hospital antes de despertarse, y no tuve más remedio que sentarme a su lado y contemplar su desastrozo estado actual.
En el pasado fue frío y distante, y me tenía coladita por él con ese triángulo amoroso.
Cuando le amaba, podía convencerme a mí misma de que sus trucos eran por amor y no tener en cuenta sus maquinaciones.
Cuando ya no le amaba, me di cuenta de que él no sabía amar a alguien.
Para ser más precisa, no me amaba en absoluto.
Pero como era difícil encontrar a otra que estuviera tan colada por él, por eso se veía tan afectado.
Cuando Simón recobró el sentido, lo primero que hizo fue quitarse la aguja de la mano, levantarse y salir de la sala.
No obstante, antes de que pudiera salir, fue detenido por los guardias de seguridad que la familia Serrano había contratado. —La señora Serrano y el señor Serrano le han restringido el paso.
Simón, inesperadamente, no se sorprendió con tal escena, ni se resistió, sino que se limitó a asentir con el rostr