Narra Alejandra:
Firmé el contrato con la esperanza de poder cumplir mi misión de escapar. ¿Por qué acepté? Debía hacerle creer que estaba a favor, que estaba dispuesta a hacer lo que él quería, pero mi realidad era otra. Según el contrato, él me dejaba ir a mi empresa y comunicarme con mis empleados. Así podría armar un plan de huida. Lo primero sería cambiar mi nombre y mi aspecto físico apenas lograra huir, para que él no sospechara. Estaba dispuesta a sacrificarme por mí y por mi seguridad. Estaba segura de que al llegar a casa, a mi anterior manada, mi padre, que era beta, me ayudaría y me protegería. Estos pensamientos atrapaban mis sentidos, pues no recordaba cuándo entró Michael.
-Alejandra, llegó tu ropa. Necesito que te arregles lo más pronto posible. Te llevaré a conocer al consejo de ancianos y al consejo de los sobrenaturales. - Una orden militar salió de su boca.
- ¿Cuánto tiempo tengo? Necesito revisar qué ropa trajeron y qué se amolda para esta ocasión. - Mi mirada se