Mientras regresaba a su escritorio, su móvil vibró en el bolsillo. Lo sacó con manos temblorosas, esperando lo peor. Pero no era Gonzalo. Era un mensaje de Alex, el chico de la aplicación de citas.

Alex: ¿Qué tal empieza tu día? Yo no paro de pensar en ti… 😉

Cuando las personas te hacen ese tipo de preguntas no esperan que le respondas con sinceridad, o eso pensaba Clara, el hombre no había entendido que no le interesaba, por lo que decidió contarle la verdad, quería saber cómo le estaba yendo. Tecleó una respuesta.

Clara: Pues como el culo, mi ex novio con el que estuve muchos años, después de casi cuatro meses que cortamos se casa con la mujer con la que me había engañado, mi amiga envió un mensaje fuera de lugar a mi estricto jefe y tengo un dolor de cabeza monumental.

En cuanto lo envió, Clara se arrepintió. ¿Por qué le había contado todo aquello a un desconocido? Podría haber escrito algo neutral, un “todo bien, ¿y tú?” y seguir con su vida, pero no. Había decidido soltar todo