Mi furia estaba a mil.... Y con las indirectas de esta mujer sentía que el calor de mi coraje cada vez me consumía más
Estaba tan inerte en sus grandes ojos que ni siquiera le seguí tomando importancia a sus palabras, pero mi coraje pasó a ser un calor sofocante.
Ese vestido color vino oscuro que hacía contraste con su piel blanca, sus gruesos labios de color cereza, y un escote que me invitaba al pecado, no estaría mal hacerla callar..
Su mirada se profundizó con la mía, era tan atractiva, y como si le gustará jugar arquea una de sus cejas... y adiós control con su sonrisa ladina.
Por un momento mandé a todos a la mierda, no me importaba que entre ellos estuviera ella, Jenny.
Pero como arte de magia sus ojos se enfocaron a otra dirección, dejando un vacio en el pecho.
De nuevo golpeando su pie le mandé una mirada indecorosa y ya no me hacía imposible que su esposo estuviera a un lado de ella.
Ella no parecía hacerle caso cada vez que el intentaba tomarla de la mano, ella solo se apar